martes, 24 de marzo de 2009










SalaLai del 10 al 31 de marzo 2009

Del ABC del barbero de Aldeanueva del Camino a la Biblioteca Bances Candamo de Avilés

En aquel pueblo de mi infancia no había biblioteca. Siempre me he quejado de que no había bibliotecas, no había libros. Yo era un lector ávido ya, porque sí, por naturaleza, no sé porqué. Leí todos los libros que había en la escuela, que había tres o cuatro y recuerdo que lo que leía de niño era el ABC. Al lado de mi casa vivía el barbero del pueblo que estaba subscrito al ABC, y después de leer en la barbería los abecés que era el periódico de entonces, con el suplemento literario, los llevaba a casa y yo le pedía a mi madre que fuera a pedírselos a la vecina. Todavía recuerdo haber leído alguna reseña de un libro de Gerardo Diego y de la gente de entonces. Esa especie de avidez lectora que no había dónde satisfacerla. Luego, cuando mi familia viene a trabajar a Ensidesa, una de mis alegrías es encontrar la biblioteca que todavía existe: Bances Candamo, en la que había, en parte, todos los libros posibles.

Extraído de la intervención pública de J.L. García Martín en el Antiguo Instituto Jovellanos el jueves 12 de febrero del 2009.